Una ecuación desbalanceada: Aumentar la participación de las mujeres en STEM en LAC

Abstract

En nuestro cambiante mundo tecnológico, la Ciencia, la Tecnología, la Ingeniería y las Matemáticas (STEM, según las siglas en inglés) se consideran a menudo los empleos del futuro, que impulsan la innovación, el bienestar social, el crecimiento inclusivo y el desarrollo sostenible. Sin embargo, se calcula que sólo una mujer consigue un puesto de trabajo en los campos STEM por cada cuatro hombres, lo que contribuye a una mayor desigualdad económica en la sociedad. A pesar de los esfuerzos por reducir las diferencias entre hombres y mujeres en las áreas STEM, en casi todos los países del mundo siguen existiendo vacíos en los distintos niveles de educación y de carrera profesional. Estas brechas se observan en todas las etapas del ciclo vital, desde la escuela primaria hasta el lugar de trabajo y los puestos de liderazgo. Como resultado de varias políticas y actividades implementadas a diferentes niveles durante los últimos 20 años, la región de América Latina y el Caribe (LAC) ha experimentado algunas mejoras en cuanto a la inclusión de las mujeres en la ciencia. Ahora, la región es una de las dos del mundo que ha logrado la paridad en la proporción de mujeres y hombres investigadores en general. Sin embargo, aunque la participación femenina ha ido en aumento, siguen existiendo desigualdades en varios países y en determinados sectores disciplinarios, que afectan el acceso de las niñas a las STEM, así como al reconocimiento del trabajo de las mujeres en la ciencia y a su capacidad para ascender a puestos de liderazgo. Hay varios y complejos factores que conducen a la desigualdad de resultados entre hombres y mujeres en STEM, que no son fáciles de abordar. En el ámbito de la educación existe una importante falta de concientización entre las generaciones jóvenes sobre el potencial de los estudios STEM, que se ve reforzada por la falta de pedagogías, herramientas e infraestructuras STEM con perspectiva de género que afecta a la mayoría de las escuelas y repercute en la capacidad de los profesores para hacer más interesantes los estudios STEM. Los prejuicios de género existentes en las familias, las escuelas y los medios de comunicación generan una representación estereotipada de las mejores opciones educativas masculinas y femeninas y tienden a desanimar a las niñas a especializarse en STEM. Los prejuicios persisten a lo largo de los ciclos profesionales y afectan al desarrollo de la carrera de las investigadoras y profesionales que trabajan en sistemas y empresas de I+D. A lo largo de la última década, diferentes actores de la región, desde instituciones gubernamentales y universidades y centros de investigación hasta la sociedad civil y organismos internacionales, así como empresas privadas, han puesto en marcha diferentes tipos de iniciativas destinadas a reducir la brecha de género en STEM. Algunos actores de este complejo ecosistema también han empezado a actuar conjuntamente para aumentar los vínculos interinstitucionales y los esfuerzos coordinados necesarios para abordar un tema que requiere un enfoque holístico. En muchos países de LAC, las acciones se dirigieron inicialmente a la retención de las mujeres en los estudios y trabajos de STEM. Recientemente, los esfuerzos se han dirigido también a aumentar la visibilidad de los logros científicos de las mujeres y a conectarlos a través de redes regionales y nacionales. Existen importantes divergencias entre los países en cuanto a la presencia de esas acciones y su eficacia. La integración de la perspectiva de género en STEM está fuertemente relacionada con la vinculación general de factores como: la madurez del sistema de CTI de un país, la cantidad de Recursos Humanos en CyT, su historia, el contexto político y cultural y el marco institucional.